EE.UU. lo considera un terrorista y ofrece una recompensa de 10 millones de dólares. Fue el líder de las milicias de Al Qaeda en el país y mantuvo vínculos con el Estado Islámico. Ahora se muestra como un dirigente democrático y aperturista.
Abu Mahammed al Golani ya no luce su habitual vestimenta de guerrillero islámico. Ahora se muestra de civil, con un discurso que busca convencer al mundo de su "sincera transformación" desde un buscado líder terrorista a un respetuoso dirigente democrático que viene a restaurar las instituciones, los derechos humanos y el respeto a las minorías de Siria.
Incluso, ya ni siquiera quiere que lo llamen así, por su antiguo nombre de guerra. Ahora usa su identidad real, Ahmed al-Sharaa. El hombre más poderoso de Siria, tras el derrocamiento y posterior huida de Bashar Al Assad, refugiado en Rusia, quiere enterrar su pasado como jefe de las milicias locales del grupo terrorista Al Qaeda y de su acercamiento con el temible Estado Islámico, que llegó a crear un Califato en extensas áreas de Siria e Irak.
El jefe insurgente lidera el grupo fundamentalista islámico Hayat Tahrir al Sham (HTS, Organización para la Liberación del Levante). No está solo. Lo respaldan varias facciones islamistas apoyadas por el gobierno turco, que tiene un enorme peso e interés en el país por su propia lucha contra los kurdos, que buscan crear su propio Estado en un vasto territorio que abarca Siria, Irán, Irak y la propia Turquía.
"Al Golani empezó a combatir en Irak. Peleaba contra Estados Unidos. Estuvo preso y de ahí se fue a Siria con el Estado Islámico. Entonces, creó el frente Al Nusra (la milicia de Al Qaeda en el país y cercana al Estado Islámico). Después, en 2016, tras el avance de la guerra civil, empezó a distanciarse y a intentar relacionarse más con los turcos y posicionarse como una persona que no peleaba contra Estados Unidos, sino que tenían un enemigo en común: Bashar al Assad", explicó a TN la corresponsal de la cadena qatarí Al Jazeera en Buenos Aires, Teresa Bo, quien estuvo varias veces en Siria desde los años ´90.
La figura de al Golani, de 42 años, está asociada en el mundo occidental con el terrorismo. Estados Unidos ofrece aún una recompensa de 10 millones de dólares por su captura. Lo acusan de numerosas violaciones a los derechos humanos.
El propio líder rebelde contó a la emisora pública estadounidense PBS que en realidad nació en Riad, en Arabia Saudita. Su familia es originaria de la región siria del Golán, fronteriza con Israel. De ahí proviene su nombre de guerra al Golani. Algunos reportes mencionan que nació en Deir Ezzor, en el este de Siria y que incluso estudió medicina.
Su carrera guerrillera empezó en Irak. Con la invasión estadounidense de 2003, se integró al grupo Al Qaeda para resistir a las fuerzas norteamericanas y de la coalición internacional que derrocó a Saddam Hussein.
En 2010 fue arrestado y trasladado al Campamento Bucca, cerca de la frontera con Kuwait. Según la BBC, allí se contactó con los yihadistas que crearían más tarde el temido Estado Islámico. Entre estos estaba su futuro líder, Abu Bakr al Baghdadi.
Luego de ser liberado, viajó a su país para sumarse al recién conformado grupo terrorista islámico que llegó a crear un Califato, con métodos brutales, en un vasto territorio entre Siria e Irak. Así se convirtió en comandante del Frente Nusra (Jabbat al Nusra), afiliado al Estado Islámico. Pero en 2013 cortó todo lazo y puso a su facción bajo el control de Al Qaeda. Su colaboración con el antiguo grupo fundado por Osama bin Laden duró tres años.
Finalmente, en 2017, se unió a otros grupos rebeldes islámicos, creó el Hayat Tahrir al Sham (HTS, Organización para la Liberación del Levante) y se convirtió en su líder indiscutido.
"Este grupo gobernaba hasta ahora la zona de Idlib (noroeste de Siria), donde casi tres millones de personas estaban bajo su comando. Allí aplicaron la Sharia (ley islámica), con una versión bastante radical. Los críticos dicen que (sus métodos) son brutales, aplican la pena de muerte y persiguen a quiénes no están de acuerdo. Pero él dice que eso no va a pasar porque va a proteger a las minorías", aseguró Bo.
En la zona al Golani creó un "gobierno de salvación" y cerró todas las bases de Al Qaeda. Incluso, encarceló a varios de sus líderes. También combatió al Estado Islámico, en su afán de acercarse a las potencias occidentales. Según facciones islámicas más radicalizadas,él es demasiado moderado.
Para Bo, especializada en Medio Oriente, "habrá que ver ahora cómo se conforma la transición". "Están hablando de hacer diferentes consejos en distintas partes del país, donde se respeten las religiones y las minorías, como los kurdos o los alawitas", indicó.
Después de la huida de al Assad, los rebeldes dejaron cierta estructura de poder, como al actual primer ministro, Mohammed al-Jalali, para favorecer esa transición de poder.
"A pesar de que al Golani lidera el grupo más fuerte, hay otras milicias operando en Siria, como los kurdos que tienen el respaldo de Estados Unidos o facciones islámicas que tienen el apoyo de Turquía", dijo Bo.
Para Siria empieza ahora otro desafío: evitar la desintegración como le sucedió a varios países árabes después del derrocamiento de sus gobernantes.
Fuente: TN