El Servicio Geológico Minero Argentino, a través del Observatorio Argentino de Vigilancia Volcánica, informó que el Complejo Volcánico Planchón-Peteroa mantiene su nivel de alerta técnica Amarillo, tras analizar la actividad registrada entre el 15 y el 30 de noviembre.
Durante esta quincena, el monitoreo sísmico mostró variaciones en el comportamiento interno del volcán. La sismicidad volcano-tectónica, asociada a la fractura de rocas, registró un leve aumento en el número de eventos y en sus niveles de energía. El movimiento más destacado alcanzó una magnitud 2,7 y ocurrió a unos 10 km al este del edificio volcánico. En paralelo, los eventos vinculados al movimiento de fluidos -tipo LP y Tremor- tuvieron una leve suba en cantidad, aunque con menor energía liberada que el periodo anterior.
En superficie, el volcán emitió columnas de desgasificación de baja altura durante varios días, alcanzando picos de hasta 1.100 metros sobre el cráter. En algunos momentos se detectó presencia de ceniza fina y se mantuvo el registro casi continuo de incandescencia nocturna, vinculada a gases a alta temperatura. La información satelital corroboró esta actividad al detectar plumas de dióxido de azufre y 22 anomalías térmicas de baja magnitud en los alrededores.
El análisis morfológico confirmó la presencia de depósitos de material piroclástico con alcances de hasta 13 kilómetros hacia el sur y la formación de pequeños cráteres de impacto en un radio cercano al cráter activo. A pesar de estas manifestaciones, el monitoreo geodésico no registró deformaciones significativas en la estructura volcánica.
En su informe, los organismos técnicos señalaron que, aunque algunos parámetros muestran una leve disminución respecto del periodo previo, el sistema continúa inestable y podría generar explosiones súbitas de baja a moderada magnitud, así como variaciones en la altura de las columnas de emisión. Dependiendo del viento, la ceniza podría alcanzar sectores argentinos como Las Loicas, Bardas Blancas o incluso Malargüe.
Las autoridades recomendaron evitar aproximarse al cráter activo y mantenerse informados únicamente por canales oficiales. Además, recordaron que el nivel de alerta Amarillo implica cambios en la actividad que requieren vigilancia continua. El monitoreo se realiza de manera coordinada con el Observatorio Volcanológico de los Andes del Sur y con los organismos de protección civil de ambos países.